viernes, 10 de julio de 2020

Pulsiones sadomasoquistas, sed de justicia y misterios ancestrales. Las novelas policíacas de Ernesto Gastaldi.


El de Ernesto Gastaldi es un nombre de sobra conocido entre los aficionados al cine italiano de género. Hiperprolífico guionista y realizador ocasional, Gastaldi ejerció desde principios de la década de los 60 un rol fundamental en el desarrollo de los géneros populares de la cinematografía del país –particularmente del horror gótico all’italiana y, más adelante, del giallo–, gracias a su colaboración con algunos de los directores más activos del periodo: Riccardo Freda, Mario Bava, Antonio Margheriti, Tonino Valerii, Romolo Guerrieri, Umberto Lenzi, Luciano Ercoli, Sergio Martino, Giuliano Carnimeo, Fernando di Leo y Damiano Damiani, entre otros. Pero antes de poder ganarse la vida escribiendo para la industria cinematográfica, Gastaldi redacto cuatro novelas para el mercado editorial de la denominada literatura de quiosco. La tercera y la cuarta se enmarcaron dentro del campo de la ciencia ficción: Iperbole Cosmica (1960) y Tempo Zero (1960), y fueron publicadas ambas bajo el seudónimo de Julian Berry. Las dos anteriores, Sangue in tasca (1957) y Brivido sulla schiena (1957), pertenecían al género policíaco y suponen, en ciertos aspectos, un acercamiento primerizo a determinados temas y recursos argumentales que terminarían revelándose como constantes en su posterior trabajo para el cine.
Gastaldi tenía solo veintidós años cuando escribió su primera novela. Según explica él mismo:

jueves, 11 de junio de 2020

"Pick-Up", de Charles Willeford. El idilio entre el fracaso y el alcohol.




  Dos sencillas líneas de diálogo, dichas por Harry Jordan y Helen Meredith la segunda noche que salen a beber juntos, exponen con crudeza la esencia de ambos personajes, al tiempo que definen la que va a ser su relación sentimental:

“–No soy más que un fracasado en la vida, Helen. ¿Eso tiene alguna importancia para ti?
–No. Nada tiene importancia para mí” (Willeford 1955:18).

El día anterior, ella ha entrado en la cafetería donde él trabajaba. Después de tomar un café, le ha confesado que no tiene dinero; acaba de llegar a San Francisco, tan borracha que no recuerda si lo ha hecho en tren o en autobús, y la maleta con su monedero se debe de haber quedado en alguna parte. Harry justo acaba de terminar su turno y está a punto de salir. Paga la consumición de Helen y la invita a tomar una copa. Encuentran su maleta, aunque no su monedero, y a continuación Harry se asegura de que la chica tome una habitación de hotel para pasar la noche y no se gaste los pocos dólares que le ha podido prestar en más bebida. Ya solo en la calle, piensa que Helen

“Era la mujer más atractiva que había conocido en años. Había una cualidad en ella que me atraía. El hecho de que fuese una alcohólica no significaba nada para mí. En cierto modo, yo mismo era un alcohólico. No le asustaba admitir que era una borracha, era bien consciente de ello, y no tenía ninguna intención de dejar de beber” (Willeford 1955:8).

viernes, 1 de mayo de 2020

"The Root of His Evil", la pieza faltante en la obra de James M. Cain.


Hablar del conjunto de la obra de James M. Cain puede ser complicado. A pesar de que su trayectoria literaria abarcó más de cuarenta años, en los que produjo veintiuna novelas y varios relatos cortos, prácticamente solo se le recuerda por su primera etapa, la que comenzó con el éxito instantáneo de El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice, 1934) y culminó hacia 1947, cuando abandonó Los Ángeles y olvidó sus esperanzas de ganarse la vida escribiendo para la industria de Hollywood. Aunque está considerado uno de los autores más importantes de la historia de la novela negra, probablemente no haya demasiados aficionados al género que conozcan muchos más títulos de su bibliografía aparte del de la ya mencionada El cartero siempre llama dos veces y el de la igualmente importante Pacto de sangre (Double Indemnity, 1936). Su época gloriosa también incluye, entre otras, la polémica Una serenata (Serenade, 1937), el melodrama Mildred Pierce (Mildred Pierce, 1941) –celebre en gran medida gracias a la versión cinematográfica dirigida por Michael Curtiz en 1945 que proporcionó el oscar a Joan Crawford–, la joya del subgénero gangsteril Ligeramente escarlata (Love’s Lovely Counterfeit, 1942), o la continuista, en cuanto a que seguía el modelo ya establecido por sus dos primeros libros (1), El estafador (The Embezzler, AKA Money and the Woman, 1944). Pero la mayor parte de su fructífero trabajo posterior no alcanzó el reconocimiento ni funcionó tan bien en cuanto a ventas como sus anteriores trabajos. Puede que esto se debiese en parte a su abandono de la temática criminal que tan bien le había funcionado anteriormente –aunque no fue un abandono total, cosa que demuestran novelas como The Butterfly (1947) o la thompsoniana Al final del arco iris (Rainbow’s End, 1975)–, y también a un cambio en su narrativa que no era tanto temático como estilístico.

domingo, 5 de abril de 2020

Sébastien Japrisot. El policíaco de la modernidad.


1- De Rossi a Japrisot.

Las tres novelas que Sébastien Japrisot publicó en la década de los 60 supusieron una de las aportaciones más personales e innovadoras de la narrativa francesa al policíaco. Su trabajo experimentaba con la forma y los mecanismos específicos del género de una manera que conectaba en muchos aspectos con los intereses y la emergente sensibilidad de la que sería recordada como una de las etapas más convulsas, social y culturalmente hablando, del pasado siglo. Consciente o inconscientemente, mediante el uso de técnicas como la fragmentación y la multiplicidad de los puntos de vista, y la elaboración de un discurso en torno a lo inaprensible de la propia identidad, Japrisot desarrolló una obra que compartía algunos de los planteamientos de las teorías estructuralistas y de la nouveau roman, adaptados convincentemente al género, al tiempo que elaboraba un estilo y un universo temático marcadamente propio.
Nacido Jean-Baptiste Rossi el 4 de julio de 1931, en Marsella, el autor obtuvo un éxito prematuro a la edad de dieciocho años con su primera novela Les Mal-partis (1950), a la que seguiría el mismo año Visages de l’amour et de la haine. Durante el resto de la década de los 50, se dedicó a la traducción de autores anglosajones (J.D. Salinger, entre otros) y a trabajar en agencias de publicidad, llegando a dirigir campañas para Air France y Max Factor. Como su principal interés había sido siempre el de hacer cine, escribió y dirigió dos cortometrajes: La machine à parler d’amour (1961) y L’idée fixe (1962). Tras esta experiencia, se vio con problemas económicos, al deber una considerable suma de dinero en impuestos atrasados. Con la intención de ayudarlo a salir del apuro, su amigo Robert Kanters, que entonces dirigía la colección Crime-club de la editorial Denoël, le pagó un buen adelanto para que escribiese una novela policíaca. Fue entonces cuando Rossi decidió utilizar un anagrama de su auténtico nombre, convirtiéndose en Sébastien Japrisot.

jueves, 5 de marzo de 2020

"Web of the City", de Harlan Ellison. Redención en la gran manzana.

Portada de Glen Orbik para la edición
de Hard Case Crime.
Se cuenta que al propio Harlan Ellison le preocupó que el parecido de su nombre con el del escritor Hal Ellson pudiese llevar a los lectores a confundirlo con él. La casualidad era particularmente significativa en este caso, ya que habían sido sobre todo las dos primeras novelas de Ellson, Duke (1949) y Tomboy (1950), las que habían impulsado al futuro multilaureado e hiperprolífico autor de ciencia ficción a iniciar su carrera literaria adscribiéndose al entonces popular subgénero de la JD lit. (Juvenile Delinquency literature). Así como Ellson utilizaba como material para sus novelas las experiencias recogidas de boca de los jóvenes marginales a los que trataba de ayudar como trabajador social, Ellison supuestamente se infiltró bajo identidad falsa en una auténtica banda –a la que se referiría siempre con el ficticio nombre de The Barons– asentada en el peligroso barrio de Red Hook, Brooklyn. Según sus declaraciones, el autor llegaría a ejercer durante diez semanas como consejero de guerra de The Barons, lo que le reportaría los conocimientos necesarios para publicar una serie de relatos cortos en revistas y escribir la que sería su primera novela, Web of the City (publicada originalmente con el título de Rumble en 1958).
Pero si bien es cierto que temáticamente la lectura de Web of the City remite a las citadas novelas de Hal Ellson, también lo es que se distancia de ellas en buena medida en lo que respecta a intenciones, tono y estilo narrativo. Mientras que el autor de Duke estaba más preocupado por presentar un retrato realista del pandillero que por construir una trama que entretuviese al lector, y en lugar de acentuar los aspectos más sórdidos del relato los narraba con un desapasionamiento y una atonalidad que los ponía al nivel de meros acontecimientos cotidianos en una realidad gris y sin esperanza, Ellison, por el contrario, supedita todo en Web of the City a los elementos más melodramáticos de su historia, y subraya y enfatiza los acontecimientos violentos con una voluntad netamente efectista (1).