El de Ernesto
Gastaldi es un nombre de sobra conocido entre los aficionados al cine italiano
de género. Hiperprolífico guionista y realizador ocasional, Gastaldi ejerció
desde principios de la década de los 60 un rol fundamental en el desarrollo de
los géneros populares de la cinematografía del país –particularmente del
horror gótico all’italiana y, más
adelante, del giallo–, gracias a su
colaboración con algunos de los directores más activos del periodo: Riccardo
Freda, Mario Bava, Antonio Margheriti, Tonino Valerii, Romolo Guerrieri,
Umberto Lenzi, Luciano Ercoli, Sergio Martino, Giuliano Carnimeo, Fernando di
Leo y Damiano Damiani, entre otros. Pero antes de poder ganarse la vida
escribiendo para la industria cinematográfica, Gastaldi redacto cuatro novelas
para el mercado editorial de la denominada literatura de quiosco. La tercera y
la cuarta se enmarcaron dentro del campo de la ciencia ficción: Iperbole Cosmica (1960) y Tempo Zero (1960), y fueron publicadas
ambas bajo el seudónimo de Julian Berry. Las dos anteriores, Sangue in tasca (1957) y Brivido sulla schiena (1957), pertenecían
al género policíaco y suponen, en ciertos aspectos, un acercamiento primerizo a
determinados temas y recursos argumentales que terminarían revelándose como
constantes en su posterior trabajo para el cine.
Gastaldi tenía
solo veintidós años cuando escribió su primera novela. Según explica él mismo: