jueves, 27 de abril de 2017

"Fallen Angels". El noir como material para la experimentación televisiva (2ª parte)

Mädchen Amick
Aunque la segunda temporada de Fallen Angels superaría a la primera gracias a la alta calidad de la mayoría de sus episodios, el de apertura no se encontró entre los más destacados del conjunto, en parte debido a la poca experiencia de su realizador tras las cámaras en comparación con otros de los directores que habrían de pasar a continuación por la serie. Kiefer Sutherland tan solo había dirigido un film para televisión, el drama carcelario El último amanecer (Last Light, 1993), cuando se encargó de adaptar a la pantalla el relato de Evan Hunter Return. El episodio, titulado Love and Blood, por el que el guionista Frank Pugliese obtuvo una nominación a los Cable ACE, cuenta en todo caso con aspectos interesantes y funciona bien por diversos motivos. El propio Sutherland interpreta a Matt Cordell, un boxeador alcoholizado y atormentado por el engaño y abandono de su exesposa (Mädchen Amick), al que parece abrírsele una vía de esperanza cuando esta reaparece en su vida asegurando querer dar a su matrimonio una segunda oportunidad. Por supuesto, las cosas no serán tan idílicas como se presentaban y pronto las intenciones de la señora Cordell se revelarán mucho más oscuras. Kiefer consigue aplicar a la historia un tono adecuado y hasta logra algunos hallazgos visuales (el uso de los espejos durante el primer reencuentro de la pareja, o la escena onírica en blanco y negro, en la que el recuerdo de Cordell del momento en que sorprendió a su esposa en la cama con su amante se reproduce en el interior de un ring, comparando ese suceso traumático de la vida del púgil con una derrota en combate), pero el ritmo del relato se ve algo afectado por la insistente reiteración del malestar emocional del protagonista y por un uso excesivo de la voz en off, y la puesta en escena de algunas secuencias evidencia todavía una falta de dominio del lenguaje fílmico. El actor volvería a probar con la dirección en dos ocasiones más. Su thriller Últimas consecuencias (Truth or Consequences, N.M., 1997) no tendría éxito de taquilla aunque con el tiempo terminaría ganándose cierta fama como film de culto. Pero tras el drama Se busca mujer (Woman Wanted, 1999), Kiefer Sutherland no volvería a dirigir, quizás descontento con el resultado de este último trabajo, a juzgar por el hecho de que en su versión para DVD la película apareciese de pronto firmada bajo el conocido seudónimo de Alan Smithee. De Love and Blood destacan en todo caso los aciertos ya señalados, la presencia en el reparto del escritor Edward Bunker y la imagen de perturbadora femme fatalle, tan cálida y deseable como distante e inaccesible, que brinda la bellísima Mädchen Amick.
Para el siguiente episodio le tocó repetir en la dirección a Steven Soderbergh, que con The Professional Man ofreció una de las propuestas más singulares de la serie (fue el único de entre todos los realizadores participantes en recibir una nominación a los CableAC al mejor director), regresando a través del noir a temas y tipologías similares a los que ya había abordado en su opera prima Sexo, mentiras y cintas de video (Sex, Lies and Videotape, 1989). The Professional Man estaba de nuevo guionizado por Howard A.Rodman, quien ya había escrito la anterior aportación de Soderberg a Fallen Angels, y se basaba en un relato homónimo de David Goodis publicado por Manhunt Magazine en 1958. La historia se centra en Johnny Lamb (Brendan Fraser), un asesino a sueldo que trabaja durante el día como ascensorista en un lujoso edificio. El episodio dedica especial atención a la rutina laboral del personaje, y mostrando la impersonalidad y meticulosidad con la que se comporta en su faceta de ascensorista, Soderbergh describe a la perfección la personalidad del asesino, que se autoimpone la total represión de sus sentimientos. Dicha actitud vital y profesional será puesta a prueba cuando a Johnny se la encargue terminar con la vida de su propio amante, Paul (Bruce Ramsay), de quien su jefe (Peter Coyote) también está enamorado.
Eric Stolz y Jennifer Grey en "A Dime a Dance"
Tras Soderbergh, le tocaría el turno a otro nombre conocido del cine norteamericano. Peter Bogdanovich había dirigido dos años antes la que sería su última película para el cine Esa cosa llamada amor (The Thing Called Love, 1993) y había comenzado a trabajar exclusivamente en televisión cuando se ocupó para Fallen Angels de la adaptación de la novela corta de Cornell Woolrich The Dancing Detective, aparecida en 1938 en las páginas de Black Mask. Con guión de Allan Scott, el episodio, titulado A Dime a Dance, supone sin duda otra de las piezas más destacables de la serie. Jennifer Grey interpreta a Ginger Allen, una taxi girl (empleada de club nocturno que baila con hombres a cambio dinero) cuyas compañeras están siendo asesinadas por un psicópata. El detective de policía Nick Ballestier (Eric Stolz), encargado del caso, parecerá interesarse particularmente por ella, y Ginger cometerá el error de dejarse seducir por él. Finalmente, después de haber estado cerca de la muerte, descubrirá que ha sido manipulada por Nick, quien buscaba antes que nada utilizarla como cebo para atraer al asesino.
Good Housekeeping, la cuarta entrega de la temporada, adaptaría la obra de Bruno Fisher No Scape! (en Detective Tales, 1949). El director Michael Lehmann logra mantener con eficacia la situación de suspense planteada por el guión de Scott McGehee, en el que un ama de casa tradicional (Dana Delany) se transforma en heroína para plantar cara al grupo de gángsteres (interpretados por William petersen, Benicio del Toro y Marcia Gay Harden) que ha irrumpido en su casa en busca de su marido ausente (Adam Baldwin).
Christopher Lloyd en "Fly Paper"
A continuación, le tocaría el turno a Dashiell Hammett. Su conocido relato Fly Paper (Black Mask, 1929) sería adaptado para la pantalla por el mismísimo Donald E. Westlake en el episodio homónimo dirigido por Tim Hunter, quien aportó una agilidad muy acorde con el ritmo del hard-boiled primitivo y algunas escenas de acción particularmente logradas que recuerdan al cine de serie B de los 50. Christopher Lloyd resulta muy convincente dando vida al agente de la Continental, quien en esta ocasión es contratado para devolver a casa a una niña rica aficionada a los gángsteres. El reparto también incluye otros nombres conocidos como los de Laura San Giacomo, Peter Berg y Michael Rooker.
Heather Graham y Bill Pullman en "Tomorrow I Die"
Para su siguiente entrega, Fallen Angels contaría con John Dahl. El director se hallaba en su mejor momento, ya que acababa de terminar su celebrada trilogía negra (1) y no había sufrido todavía el fracaso de taquilla que supondría el interesante y menospreciado thriller fantástico Escondido en la memoria (Unforgettable, 1996). Pero si bien en la planificación y en el ritmo del episodio titulado Tomorrow I Die se reconoce la mano del autor de la magnífica Red Rock West (1993), también es cierto que Dahl parece limitarse a cumplir su cometido con una corrección artesanal que casi anuncia ya al rutinario y funcional realizador televisivo en el que desafortunadamente terminaría convirtiéndose. Tomorrow I Die resulta en todo caso una obra sumamente entretenida. En ella, una banda de atracadores que termina de robar un banco toma como rehenes a todas las personas presentes en un bar de carretera. Entre estas, se hallan Rich Thurber (Bill Pullman), un actor de Hollywood al que los atracadores confunden con un político local, y Carol Whalen (Heather Graham), hija de un policía. Rich terminará seduciendo a la chica y enfrentándose a los malhechores, concluyendo la historia con una sorpresa final tan exagerada e innecesaria que casi se acerca a la autoparodia involuntaria, lo que tampoco es de extrañar teniendo en cuenta que el material literario de base proviene de Mickey Spillane (el relato I’ll Die Tomorrow, publicado en Cavalier Magazine en 1960, adaptado a guión para la serie por Steven Katz).
Cynda Williams en "Fearless"
A diferencia de Dahl, Jim McBride no venía precisamente de realizar su trabajo más logrado, ya que la película previa a su paso por Fallen Angels había sido la mediocre La tabla de Flandes (Uncovered, 1994). Sin embargo, el episodio titulado Fearless, escrito por Richard C. Wesley sobre un relato de Walter Mosley (aparecido en la antología Spooks, Spies and Private Eyes, de 1995) nos devuelve al mejor McBride, al que se reconoce fácilmente en el tono ligero y en la frescura que destila su puesta en escena y que emparenta el episodio con filmes como Vivir sin aliento (Breathless, 1983) o Querido detective (The Big Easy, 1986). En Fearless, Giancarlo Esposito es Paris Minton, un exsoldado que acude a la llamada del amigo que le salvó la vida, Fearless Jones (Bill Nunn), para verse envuelto en un conflicto entre la cantante de jazz Deletha (Cynda Williams) y el propietario del club en el que actúa.
Por tercera vez encontraríamos el nombre de Cornell Woolrich en los créditos de Fallen Angels en su penúltimo episodio. The night of February, 17, 1924 (publicado en Justice Magazine en 1956) se adaptaría en The Black Bargain, escrito por Don MacPherson y dirigido por Keith Gordon. Abazzia (Miguel Ferrer) es un jefe de la mafia que espera recibir ayuda contra la banda rival que pretende eliminarlo. Oculto en una habitación de hotel, en compañía de algunos de sus hombres y de tres prostitutas, Abazzia entra en una espiral de paranoia (subrayada por continuos movimientos de steady-cam), y va perdiendo progresivamente el sentido de la realidad al tiempo que su situación parece volverse más y más desesperada.
Danny Glover en "Red Wind"
El punto final a Fallen Angels lo pondría una de sus entregas más dignas de ser recuperadas. Se trató de la adaptación de la novela corta de Raymond Chandler Red Wind (en Dime Detective, 1938). En el episodio del mismo título, Danny Glover tuvo el privilegio de interpretar al único Philip Marlowe negro de la historia (2), siendo nominado ese año para los Emmy como mejor actor. El hecho de que la duración del episodio se alargase a una hora, el doble que la del resto, permitió a la directora Agnieska Holland imprimir un ritmo más pausado a la narración y recrearse en una atmósfera que como era habitual en la obra Chandler adquiere mucho más peso que la propia trama. Al comienzo de Red Wind, Marlowe se halla bebiendo en un bar cuando es testigo de un asesinato. La víctima buscaba a una mujer llamada Lola (Kelly Lynch), a la que el detective reconocerá después en la calle. Tras alertarla del peligro que corre, Marlowe terminará protegiéndola y viéndose envuelto en un asunto que incluye perlas robadas y rencillas entre gángsteres. El episodio sería el último trabajo acreditado del guionista Alan Trustman, conocido por policíacos como El caso de Thomas Crown (The Thomas Crown Affair, Norman Jewison, 1968) y Bullit (Peter Yates, 1968). Aparte de ser probablemente la más lograda de todas las adaptaciones que se han realizado de Raymond Chandler para la televisión, Red Wind supuso un magnífico broche de clausura para una serie que inexplicablemente parece haber caído en el olvido, y que todavía sigue pendiente de una reedición que la rescate y la coloque en el lugar que se merece.

Notas:

(1) Trilogía compuesta por La muerte golpea dos veces (Kill Me Again, 1989), Red Rock West (1993) y La última seducción (The Last Seduction, 1994).
(2) Aunque el detective del relato no era Marlowe, no era la primera vez que se utilizaban narraciones cortas de Chandler protagonizadas por distintos personajes sustituyendo a estos por el celebre investigador. Precisamente, era lo que ya había hecho la serie televisiva de la HBO y la ITV Philip Marlowe. Private Eye (1983-1986).

Enlaces de interés:

http://www.thrillingdetective.com/eyes/fallen.html

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