Mädchen Amick |
Aunque
la segunda temporada de Fallen Angels superaría a la primera
gracias a la alta calidad de la mayoría de sus episodios, el de
apertura no se encontró entre los más destacados del conjunto, en
parte debido a la poca experiencia de su realizador tras las cámaras
en comparación con otros de los directores que habrían de pasar a
continuación por la serie. Kiefer Sutherland tan solo había
dirigido un film para televisión, el drama carcelario El último
amanecer (Last Light, 1993), cuando se encargó de adaptar
a la pantalla el relato de Evan Hunter Return. El episodio,
titulado Love and Blood, por el que el guionista Frank
Pugliese obtuvo una nominación a los Cable ACE, cuenta en todo caso
con aspectos interesantes y funciona bien por diversos motivos. El
propio Sutherland interpreta a Matt Cordell, un boxeador alcoholizado
y atormentado por el engaño y abandono de su exesposa (Mädchen
Amick), al que parece abrírsele una vía de esperanza cuando esta
reaparece en su vida asegurando querer dar a su matrimonio una
segunda oportunidad. Por supuesto, las cosas no serán tan idílicas
como se presentaban y pronto las intenciones de la señora Cordell se
revelarán mucho más oscuras. Kiefer consigue aplicar a la historia
un tono adecuado y hasta logra algunos hallazgos visuales (el uso de
los espejos durante el primer reencuentro de la pareja, o la escena
onírica en blanco y negro, en la que el recuerdo de Cordell del
momento en que sorprendió a su esposa en la cama con su amante se
reproduce en el interior de un ring, comparando ese suceso traumático
de la vida del púgil con una derrota en combate), pero el ritmo del
relato se ve algo afectado por la insistente reiteración del
malestar emocional del protagonista y por un uso excesivo de la voz
en off, y la puesta en escena de algunas secuencias evidencia todavía
una falta de dominio del lenguaje fílmico. El actor volvería a
probar con la dirección en dos ocasiones más. Su thriller Últimas
consecuencias (Truth or Consequences, N.M., 1997) no
tendría éxito de taquilla aunque con el tiempo terminaría
ganándose cierta fama como film de culto. Pero tras el drama Se
busca mujer (Woman Wanted, 1999), Kiefer Sutherland no
volvería a dirigir, quizás descontento con el resultado de este
último trabajo, a juzgar por el hecho de que en su versión para DVD
la película apareciese de pronto firmada bajo el conocido seudónimo
de Alan Smithee. De Love and Blood destacan en todo caso los
aciertos ya señalados, la presencia en el reparto del escritor
Edward Bunker y la imagen de perturbadora femme fatalle, tan
cálida y deseable como distante e inaccesible, que brinda la
bellísima Mädchen Amick.
Para
el siguiente episodio le tocó repetir en la dirección a Steven
Soderbergh, que con The Professional Man ofreció una de las
propuestas más singulares de la serie (fue el único de entre todos
los realizadores participantes en recibir una nominación a los
CableAC al mejor director), regresando a través del noir a
temas y tipologías similares a los que ya había abordado en su
opera prima Sexo, mentiras y cintas de video (Sex, Lies and
Videotape, 1989). The Professional Man estaba de nuevo
guionizado por Howard A.Rodman, quien ya había escrito la anterior
aportación de Soderberg a Fallen Angels, y se basaba en un
relato homónimo de David Goodis publicado por Manhunt Magazine
en 1958. La historia se centra en Johnny Lamb (Brendan Fraser), un
asesino a sueldo que trabaja durante el día como ascensorista en un
lujoso edificio. El episodio dedica especial atención a la rutina
laboral del personaje, y mostrando la impersonalidad y meticulosidad
con la que se comporta en su faceta de ascensorista, Soderbergh
describe a la perfección la personalidad del asesino, que se
autoimpone la total represión de sus sentimientos. Dicha actitud
vital y profesional será puesta a prueba cuando a Johnny se la
encargue terminar con la vida de su propio amante, Paul (Bruce
Ramsay), de quien su jefe (Peter Coyote) también está enamorado.
Eric Stolz y Jennifer Grey en "A Dime a Dance" |
Tras
Soderbergh, le tocaría el turno a otro nombre conocido del cine
norteamericano. Peter Bogdanovich había dirigido dos años antes la
que sería su última película para el cine Esa cosa llamada amor
(The Thing Called Love, 1993) y había comenzado a trabajar
exclusivamente en televisión cuando se ocupó para Fallen Angels
de la adaptación de la novela corta de Cornell Woolrich The
Dancing Detective, aparecida en 1938 en las páginas de Black
Mask. Con guión de Allan Scott, el episodio, titulado A Dime
a Dance, supone sin duda otra de las piezas más destacables de
la serie. Jennifer Grey interpreta a Ginger Allen, una taxi girl
(empleada de club nocturno que baila con hombres a cambio dinero)
cuyas compañeras están siendo asesinadas por un psicópata. El
detective de policía Nick Ballestier (Eric Stolz), encargado del
caso, parecerá interesarse particularmente por ella, y Ginger
cometerá el error de dejarse seducir por él. Finalmente, después
de haber estado cerca de la muerte, descubrirá que ha sido
manipulada por Nick, quien buscaba antes que nada utilizarla como
cebo para atraer al asesino.
Good
Housekeeping, la cuarta entrega de la temporada, adaptaría la
obra de Bruno Fisher No Scape! (en Detective Tales,
1949). El director Michael Lehmann logra mantener con eficacia la
situación de suspense planteada por el guión de Scott McGehee, en
el que un ama de casa tradicional (Dana Delany) se transforma en
heroína para plantar cara al grupo de gángsteres (interpretados por
William petersen, Benicio del Toro y Marcia Gay Harden) que ha
irrumpido en su casa en busca de su marido ausente (Adam Baldwin).
Christopher Lloyd en "Fly Paper" |
A
continuación, le tocaría el turno a Dashiell Hammett. Su conocido
relato Fly Paper (Black Mask, 1929) sería adaptado para la
pantalla por el mismísimo Donald E. Westlake en el episodio homónimo
dirigido por Tim Hunter, quien aportó una agilidad muy acorde con el
ritmo del hard-boiled primitivo y algunas escenas de acción
particularmente logradas que recuerdan al cine de serie B de los 50.
Christopher Lloyd resulta muy convincente dando vida al agente de la
Continental, quien en esta ocasión es contratado para devolver a
casa a una niña rica aficionada a los gángsteres. El reparto
también incluye otros nombres conocidos como los de Laura San
Giacomo, Peter Berg y Michael Rooker.
Heather Graham y Bill Pullman en "Tomorrow I Die" |
Para
su siguiente entrega, Fallen Angels contaría con John Dahl.
El director se hallaba en su mejor momento, ya que acababa de
terminar su celebrada trilogía negra (1) y no había sufrido todavía
el fracaso de taquilla que supondría el interesante y menospreciado
thriller fantástico Escondido en la memoria (Unforgettable,
1996). Pero si bien en la planificación y en el ritmo del episodio
titulado Tomorrow I Die se reconoce la mano del autor de la
magnífica Red Rock West (1993), también es cierto que Dahl
parece limitarse a cumplir su cometido con una corrección artesanal
que casi anuncia ya al rutinario y funcional realizador televisivo en
el que desafortunadamente terminaría convirtiéndose. Tomorrow I
Die resulta en todo caso una obra sumamente entretenida. En ella,
una banda de atracadores que termina de robar un banco toma como
rehenes a todas las personas presentes en un bar de carretera. Entre
estas, se hallan Rich Thurber (Bill Pullman), un actor de Hollywood
al que los atracadores confunden con un político local, y Carol
Whalen (Heather Graham), hija de un policía. Rich terminará
seduciendo a la chica y enfrentándose a los malhechores, concluyendo
la historia con una sorpresa final tan exagerada e innecesaria que
casi se acerca a la autoparodia involuntaria, lo que tampoco es de
extrañar teniendo en cuenta que el material literario de base
proviene de Mickey Spillane (el relato I’ll Die Tomorrow,
publicado en Cavalier Magazine en 1960, adaptado a guión para
la serie por Steven Katz).
Cynda Williams en "Fearless" |
A
diferencia de Dahl, Jim McBride no venía precisamente de realizar su
trabajo más logrado, ya que la película previa a su paso por Fallen
Angels había sido la mediocre La tabla de Flandes
(Uncovered, 1994). Sin embargo, el episodio titulado Fearless,
escrito por Richard C. Wesley sobre un relato de Walter Mosley
(aparecido en la antología Spooks, Spies and Private Eyes, de
1995) nos devuelve al mejor McBride, al que se reconoce fácilmente
en el tono ligero y en la frescura que destila su puesta en escena y
que emparenta el episodio con filmes como Vivir sin aliento
(Breathless, 1983) o Querido detective (The Big
Easy, 1986). En Fearless, Giancarlo Esposito es Paris
Minton, un exsoldado que acude a la llamada del amigo que le salvó
la vida, Fearless Jones (Bill Nunn), para verse envuelto en un
conflicto entre la cantante de jazz Deletha (Cynda Williams) y el
propietario del club en el que actúa.
Por
tercera vez encontraríamos el nombre de Cornell Woolrich en los
créditos de Fallen Angels en su penúltimo episodio. The
night of February, 17, 1924 (publicado en Justice Magazine
en 1956) se adaptaría en The Black Bargain, escrito por Don
MacPherson y dirigido por Keith Gordon. Abazzia (Miguel Ferrer) es un
jefe de la mafia que espera recibir ayuda contra la banda rival que
pretende eliminarlo. Oculto en una habitación de hotel, en compañía
de algunos de sus hombres y de tres prostitutas, Abazzia entra en una
espiral de paranoia (subrayada por continuos movimientos de
steady-cam), y va perdiendo progresivamente el sentido de la
realidad al tiempo que su situación parece volverse más y más
desesperada.
Danny Glover en "Red Wind" |
El
punto final a Fallen Angels lo pondría una de sus entregas
más dignas de ser recuperadas. Se trató de la adaptación de la
novela corta de Raymond Chandler Red Wind (en Dime
Detective, 1938). En el episodio del mismo título, Danny Glover
tuvo el privilegio de interpretar al único Philip Marlowe negro de
la historia (2), siendo nominado ese año para los Emmy como mejor
actor. El hecho de que la duración del episodio se alargase a una
hora, el doble que la del resto, permitió a la directora Agnieska
Holland imprimir un ritmo más pausado a la narración y recrearse en
una atmósfera que como era habitual en la obra Chandler adquiere
mucho más peso que la propia trama. Al comienzo de Red Wind,
Marlowe se halla bebiendo en un bar cuando es testigo de un
asesinato. La víctima buscaba a una mujer llamada Lola (Kelly
Lynch), a la que el detective reconocerá después en la calle. Tras
alertarla del peligro que corre, Marlowe terminará protegiéndola y
viéndose envuelto en un asunto que incluye perlas robadas y
rencillas entre gángsteres. El episodio sería el último trabajo
acreditado del guionista Alan Trustman, conocido por policíacos como
El caso de Thomas Crown (The Thomas Crown Affair, Norman Jewison, 1968)
y Bullit (Peter Yates, 1968). Aparte de ser probablemente la más lograda
de todas las adaptaciones que se han realizado de Raymond Chandler
para la televisión, Red Wind supuso un magnífico broche de
clausura para una serie que inexplicablemente parece haber caído en
el olvido, y que todavía sigue pendiente de una reedición que la
rescate y la coloque en el lugar que se merece.
Notas:
(1)
Trilogía compuesta por La muerte golpea dos veces (Kill Me
Again, 1989), Red Rock West (1993) y La última
seducción (The Last Seduction, 1994).
(2)
Aunque el detective del relato no era Marlowe, no era la primera vez
que se utilizaban narraciones cortas de Chandler protagonizadas por
distintos personajes sustituyendo a estos por el celebre
investigador. Precisamente, era lo que ya había hecho la serie
televisiva de la HBO y la ITV Philip Marlowe. Private Eye
(1983-1986).
Enlaces
de interés:
http://www.thrillingdetective.com/eyes/fallen.html
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